La prueba de sensibilidad al contraste evalúa la calidad visual del paciente, es decir, su capacidad para distinguir objetos y sus detalles contra un fondo específico. Esto es distinto a la agudeza visual*.
En esta prueba se analizará la capacidad para discriminar entre zonas claras y oscuras mostrándole al paciente figuras u optotipos claras y oscuras. Las figuras u optotipos mostradas al inicio de la prueba tienen gran contraste (muy claras y muy oscuras). A medida que avanza el test, los optotipos o figuras tienen menos diferencia de luminocidad, por lo que permiten evaluar hasta qué punto el paciente puede discriminar el objeto del fondo.
Una serie de problemas visuales tienen una exploración oftalmológica normal (incluyendo la prueba de agudeza visual). El objetivo de esta prueba es recrear las condiciones de visibilidad en donde el paciente percibe la disminución de la calidad visual (usualmente con poca luz se percibe cierta neblina o deslumbramiento).
Esta prueba se realiza también antes y después de la cirugía refractiva, y puede combinarse con la agudeza visual evaluada con una fuente de Glare (unas luces de halógeno con luminosidad calibrada) cuando se sospecha de Glares, Halos o Starbusts .
Algunas de las condiciones asociadas con baja sensibilidad al contraste incluyen cataratas, retinopatía diabética, glaucoma y Degeneración Macular Relacionada con la Edad.
Contamos diversas pruebas para evaluar la capacidad visual incluyendo estudios psicofísicos como la agudeza visual, campimetría, pruebas de contraste, tests de colores, pruebas electrofisiológicas estándares y pruebas más específicas para la valoración objetiva de la capacidad visual.
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